Del trote al galope… marzo de 2021


                En la época de la post verdad nos encontramos con que ya avanzamos en el tiempo y este cambio de época nos va a forjar con nuevos planteamientos y nuevas asimilaciones. Una relectura de nuestros cimientos culturales se vuelve necesaria para que todas estas novedades germinen en el colectivo y así arrastren al ser individual.

                ¿A qué grado hemos llegado? Tal vez al necesario para sentirnos satisfechos de que la posmodernidad está pasando del trote al galope… Y ya ni cuenta nos hemos dado de la velocidad que implica estar entrando de lleno en el siglo XXI. Nos vamos de vuelo al mundo que sí puede tener fin más o menos inmediato, si no nos detenemos en el galope de nuestros caminos andados en el campo de las ideologías, que nos están envolviendo aunque ni lo sepamos.

                Muchos presupuestos se nos están moviendo desde la base y el edificio que habíamos construido en el siglo pasado se desmorona y desaparece toda la obra que creíamos ya concluida. Esto es porque mucha información está fluyendo en nuestros cerebros y está repercutiendo en nuestras proyecciones hacia la vida práctica.

                Un mundo de apariencias es ahora el que rige, y esas apariencias están encima de toda la información que estamos recibiendo cada día. Aparece también el miedo a que nos echen la culpa, el desencanto de todo lo que pueda quedar fijo y permanecer… en las ideas, en las escrituras digitales y en papel, en las mentes y en las almas.

                ¿Cuáles son las características que nos describen? Nos da temor hablar de “crisis” y preferimos voltear el rostro para no hablar más que de post verdad. Ya no queremos que nada nos avergüence, ni nada que implique culpa individual. Siempre la comodidad de echarle la culpa a alguien más, al otro, al colectivo, siempre vivir curados en salud, soslayando todo en los acontecimientos cotidianos.

                Discursos tradicionales van perdiendo el interés general, nada convence… porque aquello que convencía se ha volatilizado, ha perdido sus características estáticas para convertirse en discursos dinámicos que se mueven en el tiempo y en el espacio.

                A pesar de todo lo descrito en líneas arriba queremos resurgir, reinventar y reconstruir nuestros planteamientos y presupuestos. A pesar de todo lo que acontece confiamos… Solamente la confianza en nosotros mismos y en la que queramos depositar en los demás nos sacará a flote, en este océano de cambios, novedades y apariencias.

                La cultura actual se está replanteando en nuestra forma de vivir y convivir… Definitivamente podemos encontrar soluciones al rechazar todo lo que dañe y sea tóxico para esa convivencia.

                Estas breves reflexiones son invitaciones a explorar en todo lo positivo y valioso que somos, pues más que nunca el valor del ser es lo que va a salvarnos del sin sentido de la existencia. El sentido por el que estamos viviendo es el faro que nos guiará en esta obscura travesía de la post verdad. Que no sea el desencanto lo que nos defina, pues es como si perdiéramos la luz en el camino.

                Que sea nuestra luz interior la que distinga el camino a seguir del trote al galope…

                << ¡Oh! ¡Caballo de tablero! ¡Detente! ¡Para el galope, trota, posa para tomarte una foto! Pues quiero que el tiempo se detenga hoy mismo>>

 Por Raúl Bazet

Primavera 2021






 

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