Cuentos de los Bosques de Viena

Un paisaje exótico y exuberante donde  la vegetación esconde historias dignas para ser transmitidas a mis amigos de la juventud eterna...
Los árboles que son pinos, fresnos y robles se desplazan en la hierba sin la ayuda del viento.
Una cascada majestuosa expande la blancura de su espuma semejante a un largo velo de novia.
Las flores se mecen entre los troncos al compás del vuelo de las aves que aparecen de repente entre la maleza y las copas de los árboles.

Para mi asombro y admiración salí de mi ensoñación para convertir este paraje en el Palacio del Belvedere de Viena. La fantasía transformó toda esta naturaleza en una pieza armónica en la que los personajes más encumbrados de la sociedad vienesa festejaran la victoria y la paz...

Después de la guerra un tratado de paz... un vals para que vencedores y vencidos bailen como si fueran parte de esa naturaleza que no conoce fronteras, ni querellas, ni discordancias...

Fuentes mitológicas que nos ilustran el pasado y lo traspasan al idealismo.

Un cisne se desliza en las pacíficas fuentes y su silencioso serpentear por las aguas nos modela la historia sin fin de la realeza: Copas ya no de árboles... ya no esos pinos, ni fresnos, ni robles... sino mis amigos e invitados... esas flores y aves: las doncellas meciéndose al vaivén del son musical... esa cascada blanca: el vestido de la Prima Donna, y el brindis por la paz y la armonía en los Bosques de Viena...

Por Raúl Bazet


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